Orar constantemente

Leemos en nuestra Biblia: San Lucas 18:1-8

¿Orar siempre, sin desanimarse?

¿Quién no lo sabe? ¿Es necesario repetirlo?

¡Parece que sí!

Lo dice Jesús a sus discípulos y lo ilustra con esta parábola.

También lo recuerda Pablo a los creyentes de Tesalónica.

Si Dios todo lo sabe, ¿qué sentido tiene orar?

Sin duda, que la primera expresión es la gratitud. Despertarse cada mañana es un milagro, un regalo de Dios y lo expresamos con todo nuestro ser. Los Salmos nos hablan de esta gratitud al Dios de la Vida. También Pablo le recuerda a los hermanos de Tesalónica que la gratitud es la característica del creyente y que lo debemos hacer constantemente. No olvidemos que Jesús se levantaba muy temprano a orar para estar en comunión con Dios y para buscar su guía para ese momento.

Como muy bien lo sabemos cuando decimos el “Padrenuestro”, presentamos a Dios nuestras necesidades. Nuevamente, los Salmos expresan de una manera muy profunda nuestras angustias y preocupaciones. Aquello que nos duele, que nos empequeñece, que niebla nuestra vista y que nos hace doblar sobre nosotros mismos. Así lo cantamos con un himno muy famoso “¿Vives débil y cargado de cuidados y temor, a Jesús refugio eterno, dile todo en oración?”. ¡Todo debemos poner en oración delante del Señor!

No nos quedamos solo con nuestras preocupaciones personales sino que dirigimos también nuestra mirada a lo que sucede a nuestro alrededor. El rey Salomon oraba por sí mismo y por el pueblo pidiendo que Dios “actuara con justicia”. Pablo le pide a Timoteo que ore “por toda la humanidad”. Es esencial a nuestra fe poner delante de Dios los problemas que nos aquejan y que afectan a gran parte de la humanidad: la tremenda desigualdad entre un puñado que viven en la opulencia y la mayoría de la humanidad que padece hambre y exclusión. El atropello a la dignidad de la persona (como la historia que ilustra esta parábola) es también parte de nuestra oración al Dios de misericordia.

“¿Habrá fe en el mundo?” nos pregunta el Señor al final de la parábola. No está en nosotros responderla. Sí está en cada uno de nosotros poner toda nuestra vida en oración delante del Señor y de nuestros hermanos. ¡Amén!

Darío Michelin Salomon

Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina

Citas: 1 Tesalonicenses 5:17; Salmo 34:1; Salmo 92:5; 1 Tesalonicenses 5:18; San Marcos 1:35; San Mateo 6:9-13; Salmo 5:1-3; Salmo 42; ¡Oh qué amigo nos es Cristo! (Cántico Nuevo 342); 1 Reyes 8:22-43; 1 Timoteo 2:1-2;

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.