Un nuevo amanecer

Leemos en nuestras Biblias Marcos 13:24-37

Después de anunciar que el templo sería destruido y lo que vendría antes del fin, Jesús se fue al Monte de los Olivos junto a Santiago, Juan, Andrés y Pedro, estando allí los discípulos le preguntaron cuándo sucedería eso. A lo que Jesús responde que solo el Padre que está en el cielo lo sabe y además, los exhorta a que se mantengan despiertos y vigilantes, y como era su costumbre da un ejemplo vers. 34 al 36  «Esto es como un hombre que, estando a punto de irse a otro país, encarga a sus criados que le cuiden la casa. A cada cual le manda un trabajo, y ordena al portero que vigile. Lo que les digo a ustedes se los digo a todos: ¡Manténganse despiertos!», a todos/as, o sea que a nosotros/as también hoy.

Jesús nos exhorta a estar despiertas/os y vigilantes. Entonces, surge la pregunta ¿lo estamos? ¿O más bien estamos dormidos/as o dormitando? Pienso en esa misión, en esa tarea que el «dueño de la casa» nos dejó: «vayan, pues, a la gente de todas las naciones y háganlos/as mis discípulos….» Mateo 28:19. 

¿Estamos ocupándonos de la misión encomendada por Jesús? ¿o estamos pensando que no tenemos tiempo para ello, que es tarea de las maestras/os escuelas bíblicas, catecismo y/o pastores/as?

¿Estamos atentos/as para que otros/as conozcan a Jesús? ¿Nos ocupamos para que nuestros hijos/as, nietos/as participen de la Escuelita Bíblica, Catecismo o tan solo vemos como importante que no falten a las clases pagas de dibujo, música, inglés, patín, deporte..? 

¿Estamos vigilantes y dispuestos a compartir nuestros bienes en beneficio de las actividades de la Iglesia, las instituciones de la comunidad toda o tan solo dormitamos sobre ellas? 

¿Despertamos alegres el domingo pensando en participar del culto o primero preguntamos quién lo hace y al final seguimos durmiendo con la excusa que no es el pastor/a? ¿Nos ofrecemos a preparar un sermón, a acompañar a preparar algo, a arreglar el templo o continuamos reclamando?

¿Estamos atentos y vigilantes ante las necesidades de nuestro prójimo?¿ o estamos pensando que solo es tarea del Estado ayudar, sostener, cuidar? ¿Estamos comprometidos a la de hora denunciar y/o acompañar situaciones de injusticia y violencia? 

¿Estamos alegres y agradecidos de estar vivos o más bien estamos quejosos/as buscando culpables, renegando por lo que no podemos hacer, en estos tiempos de pandemia en vez de estar agradeciendo lo que sí podemos disfrutar?

¿Buscamos el modo de llegar con una palabra de aliento, un mensaje de esperanza, un llamado a esas personas que están solos/as o nos excusamos diciendo que no estamos preparados?

Seguro quedarán muchas preguntas más sobre las cuales reflexionar.

Jesús nos dejó una tarea a todas las personas y nos advirtió que: «el dueño de la casa puede llegar en cualquier momento y que nadie sabe el día ni la hora…» Estamos a cargo de «esa, su casa» cada una de nosotras/os tenemos tarea asignada.

¡Que el Señor nos encuentre despiertas/os y vigilantes, ofreciendo nuestros dones para que todas las personas lo conozcan y sean sus discípulos también. Amén

Stella Maris Chambon

Comunidad Valdense de Gral. San Martín LP, Colonia Iris, Argentina.

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.