Voces

Leemos en nuestras Biblias: Juan 10:22-30

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.”

Suena bonito, pero ¿será así de sencillo? ¿Cómo sabemos que la voz que oímos es la del Buen Pastor?

En este texto de Juan, los judíos tenían ganas de conocer al Cristo, lo estaban esperando. De hecho, el lugar y el momento de nuestro texto traen connotaciones de resistencia y liberación. El pórtico de Salomón era un remanente del primer templo de Jerusalén, en contraste con el segundo templo que se manejaba con corrupción bajo la ocupación romana y el gobierno de Herodes. Y el festival de dedicación es Hanukkah, la celebración de la liberación del templo de manos del imperio sirio casi doscientos años antes. El Cristo anhelado por el pueblo judío entero, traería una nueva liberación de la fuerza extranjera que ocupaba sus tierras en el tiempo de Jesús.

Pero los líderes religiosos estaban muy seguros que Jesús no era el que esperaban, ellos imaginaban que el Cristo llegaría con un ejército para arrebatar el imperio romano. Y en Jesús lo que veían era un hombre común que irrespetaba las normas y su autoridad como líderes. Sus conceptos religiosos no les permitían ver la vida abundante que Dios ofrecía a través de este Cristo inesperado.

Todo esto nos queda claro al leer el texto, y, por supuesto, oír la voz del Buen Pastor al acercarnos a la Biblia. Pero Dios nos sigue hablando hoy, aunque muchas veces tenemos nuestros propios conceptos que tal vez no nos permiten oír su voz. El mundo de hoy nos enseña a oír una voz refinada y de alta cultura, o tal vez de algún pastor elocuente (y digo pastor en masculino con intención, porque la sociedad patriarcal nos sigue rodeando de mensajes que privilegian a lo masculino).

Hoy nuestro texto me anima a buscar oportunidades de escuchar otras voces, de gente campesina, de mujeres y personas no-binarias, de la niñez, de personas con discapacidad, de personas con experiencias de vida muy distintas a la mía, y de tantas personas más. Y oyendo a estas voces, junto con mi comunidad eclesial, poder discernir cuándo nuestro Buen Pastor nos llama a seguir sus caminos con fe y confianza.

Rev. Sarah Henken

Promotora de Iniciativas de Paz

Coordinadora Programa YAV

Misión Mundial–Iglesia Presbiteriana (E.U.A.)

Barranquilla, Colombia

Publicado en Reflexiones - Pan de Vida.

Un comentario

  1. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.”
    No somos seguidores de ningunas ‘voces’,
    nunca ‘ovejas’ …
    Con todo respeto: somos Valdenses.
    Forjados desde el fuego y vueltos al agua,
    calumniados desde siempre, manipulados.
    Menoscabados, arriados. Abusados.
    Valdenses aquí y en todas partes.
    Valdenses.
    La fe es intransferible.

Los comentarios están cerrados.